Tendrán un dolor de grado leve y continuo pero tolerable, el cual ocasionalmente se intensificará durante algunos días o más. Los síntomas pueden variar, pero las características generales suelen ser: Dolor que se centra en la región lumbar o parte más baja de la espalda, aunque puede irradiarse hacia la cadera y las piernas .La sensación a menudo se describe más como un dolor intenso en la parte baja de la espalda, que como un dolor lacerante o ardiente que se irradia .Dolor que, con frecuencia, empeora al estar sentado, ya que los discos soportan una carga más pesada que cuando los pacientes están de pie, caminando o incluso acostados.
Mucho tiempo de pie también puede agravar el dolor, al igual que inclinarse hacia adelante y levantar un objeto. Dolor que se exacerba con ciertos movimientos, sobre todo de flexión, de torsión o de levantamiento. Los síntomas graves pueden incluir entumecimiento y hormigueo en las piernas, así como dificultad para caminar. Si el espacio intervertebral colapsa suficientemente la raíz nerviosa que sale en ese nivel particular, puede pinzarse (estenosis foraminal) y esto a su vez puede provocar dolor en la pierna a causa de pinzamiento de la raíz del nervio (radiculopatía). Su tratamiento se basa en innovadoras técnicas como la biacuplastía, con el fin de detener la degeneración del disco e impedir el desarrollo de lesiones más serias como hernias discales.